Cuando se puede compartir fuera de la casa y hay el dinero para hacerlo, creo que debemos hacerlo.
Salir, contemplar el paisaje y estar en familia, no hay nada comparable. Los bellos momentos del día se van construyendo con pocas cosas. Los malos momentos vienen solos, y no se detienen con una sonrisa.
Ángel, el más pequeño de la familia, es loco con el pollo. Yo me pongo loco viéndolo disfrutar, ya que es de poco comer. Pero cuando come, lo hace como todo un hombre.
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Muchas gracias por tu opinión, para mi, particularmente es muy importante que nos ayude a crecer.
Gracias por leernos.